Vistas de página en total

domingo, 30 de marzo de 1997

Primer trasplante de corazón en la provincia a un testigo de Jehová.


Artículo aparecido el Martes 30 de septiembre de 1997 en el diario LA MAÑANA de Córdoba

Un equipo médico encabezado por Oscar Bauk realizó hace unos días en el Hospital Italiano el primer trasplante cardíaco en Sudamérica -por sus características- a un hombre que pertenece a la religión «Testigos de Jehová». Ramón Guzmán, de 62 años, recibió la donación del órgano de una mujer de 45 años que vivía en Buenos Aires. La notable importancia de la intervención se debe a que se realizó sin las habituales transfusiones, que fueron reemplazadas por un complejo mecanismo destinado a aspirar y volver a utilizar la propia sangre del paciente. Las creencias religiosas de Guzmán fueron la causa del cambio en la técnica aplicada. Además, el corazón donado era subóptimo y el enfermo, padecía insuficiencia renal. Pese a las dificultades, Oscar Bauk y un equipo integrado por Adolfo Uribe, Ricardo Martellotto y Roberto Colque hicieron de la operación todo un éxito científico.


Primer trasplante de corazón sin transfusión a testigo de Jehová.

Un equipo de profesionales del Hospital Italiano de la ciudad de Córdoba, encabezado por Oscar Bauk, concretó exitosamente el primer trasplante de corazón en Sudamérica a un testigo de Jehová. La cirugía se efectuó sin utilizar las habituales transfusiones de sangre, rechazadas por los «testigos» por razones religiosas.


E1 pasado 5 de septiembre se produjo en el Hospital italiano el primer trasplante de corazón en Latinoamérica a un hombre que pertenece a la religión «Testigos de Jehová».
La intervención quirúrgica tuvo ribetes singulares puesto que se realizó sin utilizar transfusiones de sangre. El equipo médico que coordinó Adolfo Uribe, jefe del servicio de cirugía cardiovascular del citado nosocomio, debió utilizar a través de un complejo mecanismo la propia sangre del paciente.
Oscar Bauk, director del equipo de trasplantes del Italiano y ejecutor de la operación, narra la experiencia vivida.
«Ramón Guzmán, un paciente de 62 años, padecía una insuficiencia cardiaca terminal lo que significa que el corazón era incapaz de bombear un volumen sanguíneo satisfactorio para el resto de los órganos. Además la enfermedad le había afectado seriamente el riñón».

Ante la gravedad del caso, el Incucai decretó la emergencia nacional el 4 de septiembre y un día después se logró obtener un corazón en el Hospital Argerich donado por una mujer de cuarenta y cinco años.
«Nos avisaron a las 23 -recuerda el profesional- y de inmediato alquilamos una avioneta. A las 7 llegamos a Buenos Aires y cuarenta y cinco minutos después hicimos la ablación. A las 12 estuvimos de vuelta en Córdoba y quince minutos más tarde iniciamos la operación que concluyó pasadas las 14. En total demoramos un poco más de cinco horas en poder trasplantarlo, lo que aumentó el riesgo de isquemia».

A esta circunstancia se sumaron dos factores que aumentaron el peligro propio de la operación. Por un lado, el hecho de que se trataba de un corazón subóptimo (no reunía todos los requisitos básicos) y por otro, la creencia religiosa del paciente, que impedía a los facultativos aplicar las técnicas habituales.

«Lo singular de esta cirugía es que no se utilizó sangre de otra persona -explica Bauk- respetando así el derecho a la autonomía del paciente. Cuidamos al máximo toda pérdida y evitamos utilizar gasas. Además la tarea del servicio de hematología que dirige el doctor Minoldo fue brillante. Colocaron un aparato recuperador y éste nos permitió aspirar la sangre del enfermo, lavar sus glóbulos rojos y reinfundirlo posteriormente a través de un mecanismo extracorpóreo».
Las excelentes condiciones de los médicos, el uso de drogas como la aprotinina y otros estimulantes de la médula para que generen glóbulos rojos permitieron alcanzar el éxito del operativo pese al alto porcentaje de riesgo que existía. Veintiún días después el trasplantado fue dado de alta.

EDITA CERUTTI, LA NENA QUE SE ESCONDIÓ EN UNA FOTO DEL ´40

  EDITA CERUTTI, LA NENA QUE SE ESCONDIÓ EN UNA FOTO DEL ´40 Hay un silencio congelado en las fotos. Sobre todo si son en blanco y negro y l...