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viernes, 29 de septiembre de 2000

Oscar Bauk - Autotrasplante de corazón


29 de Septiembre de 2000 


Es el responsable de la realización del autotrasplante de corazón en nuestra Ciudad.



Por Fernando Genesirfgenesir@cordoba.com.ar
Nació en Ballesteros, provincia de Córdoba, el 30 de junio de 1949.
Es hincha de Talleres y habla en perfecto cordobés básico.
Hijo de inmigrantes austríacos, debió trabajar desde los 9 años porque sus padres perdieron el campo que tenían.
Fue contratado como tornero en una fábrica de implementos agrícolas, donde remachaba los dientes de las rastras que se usaban para labrar la tierra en el cultivo del maní.
También supo coser bolsas en épocas de cosecha de trigo y sorgo.
Cuando le preguntaban qué quería ser cuando fuera grande, respondía "médico".
Alcanzar su sueño no le resultó fácil.
Debía viajar todas las semanas hasta Córdoba para comenzar sus estudios en la Universidad Nacional. Como no tenía dinero para el pasaje, le hacía dedo a los camioneros, que lo trasladaron durante muchos años hasta que se compró una moto.
Los libros de Medicina se los regaló un hermano de su padre, pero a los pocos días se los robaron.
A pesar de todo, siguió remando.
Convencido de que el que no llora no mama, el estudiante golpeo la puerta de la casa del rector universitario para pedirle una beca que le permitiera cursar su carrera. Y la consiguió.
Finalmente, en 1976 se recibio de médico.
Después se perfeccionó en Buenos Aires, Brasil y Francia. En París realizó 77 trasplantes y fabricó el estabilizador cardíaco que sirve para hacer el by pass coronario sin detener el corazón.
Todo esto nos permite conocer a este ilustre desconocido que trabaja en silencio y con gran esfuerzo.
Se llama Oscar Bauk y es el Jefe de Cirugía Cardiovascular del Hospital Italiano de Córdoba.
Y es el responsable de la buena noticia de la semana: realizó con éxito un autotrasplante de corazón en nuestra ciudad, que no tiene precedentes en el mundo.
La cirujía consistió en sacar el corazón del cuerpo de la paciente, repararlo y volverlo a implantar en su lugar.
Mientras el médico le "hacía chapa y pintura", el órgano estuvo parado durante 212 minutos. En ese lapso, la mujer vivió como Pinocho, con un corazón de fantasía.
Hoy, Martha Galiano de Abrate fue dada de alta y se reencontró con su marido, el verdadero dueño del corazón.
El doctor no es un ídolo ni un héroe.
Es uno de nosotros, que con su trabajo nos dió una lección y un ejemplo de profesionalismo.
Y una demostración de que en Córdoba existen la infraestructura y los médicos idóneos para brindar servicios de alta especialización como en los países del primer mundo.
En esta sociedad acostumbrada a zafar de cada una de las circunstancias, Oscar Bauk es un culto al esfuerzo.

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